2ª Carrera Popular del Jarama

Una carrera no acaba hasta que no cruzas la meta. me di cuenta el otro día y lo he vuelto a vivir hoy. Es lo que más me gusta de correr cada domingo, que cada carrera tiene su pequeña historia. Aunque a veces haya que sufrir un poquito para contarla...

Ha sido una semana muy dura de curro, llegando a casa a las tantas, y no sólo no he corrido ni un kilómetro sino que, por culpa de os menús y ls cenas con pizza en la redacción, he llegado al domingo con casi un kilito de más. Pero a media semana vi que estaba ahí la carrera del Jarama y, por no pasar una semana sin calzarme las zapas y por la ilusión de correr en un sitio tan mítico para los que de crios admirábamos a Lauda, Fittipaldi, Regazzoni, Nieto, Tormo, etc decidí convencer a mi hermano y apuntarnos. Otro factor era que, como se corría a las 11 y media, esta vez no había que madrugar...

En principio puede parecer que una carrera en un circuito de coches tendria que ser llana, pero el Jarama es uno de esos recorridos antañones con unos cuantos toboganes, en los que los viejos Formula 1 literalmente 'volaban'. Cuando llegamos vimos que, efectivamente, se adivinaban algunas rampas temibles. Yo llegué cansado del palizón laboral, abotargado de tanta silla, reunión y a casa a dormir. Pero en cuando empecé a correr se me pasó.

Había que dar tres vueltas de algo menos de 4 km cada una, para completar los 11 y medio totales. La primera es casi un reconocimiento. Una recta larguísima para salir, curvas peraltadas y un par de cuestas, sobre todo la primera, dura. Empecé cuadradillo, como siempre, y llegamos en 22 y pico de nuevo frente a las tribunas, tranquilos, parando a hacer fotos y a ajustarme las medias anti-fatiga que me compré y que no estoy yo tan convencido de la utilidad, aunque al menos quedan chulas... El la segunda comencé a notar el cansancio, y pensé que iba a tener una debacle como la de la semana anterior en Leganés. Pero la tercera, que pensaba que iba a ser eterna, la empecé muy bien.

Me encontraba rodadito. empecé a ir bien y a pasar a alguno que otro que se quedaba, y eso que la gente que iba mal por atrás empezó a saltarse las curvas a la torera, acortando decenas de metros. En fin, yo prefiero hacer el rcorrido correcto andando que engañarme a mi mismo; es de tontos, en cola de pelotón, pretender hacer trampas cuando solo te estás tratando de ganar a ti mismo. Atrás no hay rivales, solo compañeros de ruta. Eso pensaba yo.

El caso es que tras pasar la última cuesta muy bien de fuerzas, ya en el kilómetro 10, me vi bien y subí el ritmo. El último kilómetro aprovechando que era bajada y luego rectaempecé a esprintar y pasé a bastante gente, mi hermano tiró y le seguí; miré el superpeluco-científico y marcaba 14'5 km / h, lo prometo, pero justo 300 metros antes de la meta me dio un pinchazo en el gemelo izquierdo como si los indios me hubieran dado un flechazo en "Centauros deol desierto", intenté seguir y no pude. Hice el resto del camino arastrando la pierna, y me pasaron todos los que había adelantado, creo que alguno con un rictus de venganza que no le tendré en cuenta. Al final, 1'07, como el otro día, pero supongo que palmé casi un par de minutos en este final, aunque fortunadamente no creo que sea nada del otro mundo, aunque aún cojeo.

Luego, a estirar; nos dieron una bolsa decente, con una camiseta 'de rebajas' del anterior mapoma, pero que está bonita, y otra de recuerdo de esta. Bien, aunque si he de decir que faltó un avituallamiento en mitad del recorrido, que no necesité pero habría estado bien. En resumen, una buena carrera para mí, decente para la forma en la que he llegado, prometedora por las fuerzas que tenía al final y con su punto sentimental por significar el debut del Guepardo en el Jarama; cuando lo soñaba de crio era montado en un Lotus, pero esto tampoco ha estado mal.

Corrí con el Antílope de las Musas, que se hizo un reportaje que podeis ver en su web y se marcó unas cuantas series en las bajadas. tengo ya ganas de 'darle libetad' que dirían los Amaya, y que se corra una a su ritmo, que va a romper los relojes. Pero como le agradezco que me acompañe... Ah, creo que Jose Ignacio Hita corría, no me dio tiempo a avisarle de que íbamos pero pensé que le vería por allí. Pero como los hermanos Danone corren tanto, seguro que nos pegaron un pasadón y ni nos enteramos. Un saludo desde aqui, en cualquier caso.